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UNO: Sábado 25: El Perro atacó otra vez al cuello

El genial actor Favio Posca ofreció un show furioso, rico en personajes y superprofesional Apuntando su galería de desencajados personajes a una platea repleta de menores de 30, el imparable actor Favio Posca ofreció el jueves, en el teatro Universidad, una excelente demostración actoral, apoyándose en una batería de monólogos de humor lacerante que forman parte del espectáculo El Perro que los parió. Sin ningún tipo de sutilezas en su discurso –las puteadas y las referencias al coito son una constante–.

27 de septiembre de 2004, 11:02.

Posca se puso en la piel de El Perro y, de inmediato, conectó con la mayoría del público, basándose no en la complicidad, sino en una agresividad encantadora. Es que, tal vez, una de las características más importantes del humor del actor marplatense es que el público nunca llega a compadecerse o identificarse con los personajes, sino que el único punto de contacto pasa por el asombro ante tanta monstruosidad y, sobre todo, ante un humor cuyo registro podría definirse como absolutamente zarpado. El Posca teatral está muy alejado de los personajes que lo hicieron masivamente famoso en la televisión. En el teatro, Posca se muestra como un actor irreverente, que incomoda todo el tiempo y que, a la vez, ofrece un trabajo escénico de una entrega total, cercana a la de un boxeador sobre el ring. La mecánica de El Perro que los parió está construida por una serie de monólogos hilvanados por canciones, cuyas letras son de una poética humorística algo menos lograda que sus parlamentos, pero efectivas desde lo interpretativo. Estas pausas le permiten al actor perfilar mínimos cambios en su vestuario y, de esta forma, darle vida a sus distintas caracterizaciones.

Después de escuchar a El Perro contar sus aventuras en Amsterdam y en una cárcel de Colombia –un relato donde se mezcla, en partes iguales, sexo, droga y la dura experiencia de vida del personaje– llega uno de los puntos más altos de la performance, con la aparición de Pitito, un adolescente que se nutre de una batería de psicofármacos y que encuentra en el resentimiento sino su forma de vida, al menos su único modo de expresión.

Es difícil encontrar entre los actores argentinos alguien que insulte al público directamente, sin que éste se deje de reír. La gente también disfruta del sutil trabajo escénico y de la faceta musical –pasa con la misma tranquilidad del rap a la cumbia– pero se sorprende constantemente ante la aparición de un nuevo personajes. Tal es el caso del vomitivo Hormiga Negra y, ya con una propuesta mucho más accesible, la “hiperconcheta” Pamela, una adolescente de clase alta con una marcada tendencia al suicidio y a la mentira.

A esta altura de su carrera Posca ha logrado entrenar al perro furioso que lleva adentro para que ataque directamente al cuello. En ese estilo está su gracia. Y la gente no puede parar de reír. Intérprete: Favio Posca Guión y Dirección: Favio Posca Día, hora y lugar: jueves 23 a las 22 en el teatro de la UNCuyo.

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