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UNO: Sábado 28: Opinión: Analfabetismo en Mendoza

Señor Director: El anuncio a grandes letras en los diarios de Mendoza relacionado con el alto índice de analfabetismo en nuestra ciudad no debió sorprender a los que somos y seguimos siendo analfabetos. Omitió referirse a aquellos que se encuentran en inferioridad para acceder a mejores niveles de educación.

30 de agosto de 2004, 11:29.

Esto es así porque los que hemos retomado el camino de la educación nos encontramos con que no podemos salir de este inmenso y cerrado círculo de la ignorancia.

¿Por qué? Porque los que no pudimos terminar el ciclo de educación secundaria en los términos normales, y decidimos retomar el camino de la educación en los CENS, hemos comprobado que la capacitación que estamos recibiendo no nos abrirá las puertas para poder competir con aquellos que han transitado el camino normal de la educación, pues los contenidos de las asignaturas son insuficientes y minimizados, en comparación con los que imparten en otros niveles de enseñanza.

No obstante, para reforzar nuestros conocimientos, un grupo considerable de alumnos concurrimos a la feria de oferta educativa recientemente realizada en nuestra ciudad con el objeto de ingresar a una universidad para cursar algunas de las carreras cortas o intermedias que se ofrecen actualmente, que nos permitan aumentar nuestra capacidad.

La desilusión no se hizo esperar, pues todas las instituciones que ofrecen estas especialidades son en su mayoría de carácter privado, con un costo promedio de $120 por mes más la matrícula. A esto le tenemos que agregar los costos de un transporte, libros, fotocopias y otros gastos, lo que nos llevaría a un monto de aproximadamente $250 mensuales.

Siendo la mayoría de los concurrentes a los CENS trabajadores cuyos sueldos no superan los $550, no podemos restar de este esquelético sueldo la cantidad necesaria para el pago de las cuotas.

De querer superarnos, llevaría a nuestra familia a la indigencia total, por lo que seguiremos introducidos en el círculo de los ignorantes a pesar de nuestra voluntad y espíritu de progreso. Las universidades estatales sólo ofrecen carreras de larga duración y sus horarios son a veces alternativos entre la mañana y la tarde, con lo cual se nos impide la concurrencia a éstas por los horarios de trabajo.

Nuestra ignorancia no es por falta de voluntad, sino por falta de políticas educativas eficaces para que todos tengamos la posibilidad de poder acceder a estudios superiores para tener un trabajo digno.

Mi reclamo no va en contra de la educación privada ni tampoco se opone a la selección de alumnos con más preparación, sino que intento defender mi derecho de acceder libre e igualitariamente a estudios universitarios o terciarios.

Osvaldo O. Frau DNI 4.154.269

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