Tanto los organizadores como los informadores de los stand coincidieron en señalar que este año la mayoría de los jóvenes llegó con ideas claras y más orientados, en busca sobre todo de carreras que les permitan una rápida salida laboral y un proyecto económico propio. De ahí que se multiplicaron las consultas sobre pasantías o actividades similares que ofrecen las distintas organizaciones para insertar a sus estudiantes en el mercado de trabajo. Incluso los jóvenes se interesaron especialmente en aquellas opciones que permiten estudiar y trabajar a la vez. “La preocupación por el tema económica es notorio y se destaca respecto de otros años. Los estudiantes prefieren carreras aggiornadas, con horarios y exigencias flexibles que los habiliten a tener una actividad extra”, señaló Adriana Hunau, coordinadora del Departamento de Orientación Vocacional dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo.
Además de los stand, la feria ofreció un espacio denominado Vivencias, en donde a través de un sketch se representó la vida de un universitario y los cambios que experimentan los adolescentes en el paso de la secundaria a la universidad. La pequeña obra de teatro se representó 4 veces al día durante los 4 días del evento “a sala llena”. “Nosotros trabajamos el mensaje de los sueños y con mucha satisfacción hemos visto que a los chicos les llegó mucho. Ellos se fueron de acá con la idea de que además de pensar en el futuro económico es conveniente priorizar sus aspiraciones como personas”, agregó Hunau. La exposición de carreras se produjo en un marco de absoluta normalidad. Y aunque hubo muchísimo público, la ambulancia que estuvo apostada en la entrada del predio sólo entró en acción dos veces: cuando se cayó una profesora en la entrada y por la descompostura de una informadora.