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Uno: Sonia volvió a hablar gracias a un invento de la UTN

La mujer tiene problemas en la voz por esclerosis múltiple. Para volver a comunicarse se le ocurrió un micrófono, que los tecnólogos convirtieron en un equipo ajustable a su silla de ruedas

26 de octubre de 2005, 11:32.

A simple vista pareciera que la esclerosis múltiple venció a Sonia Galdeano. Es cierto que esta lujanina de 50 años está cuadripléjica, y tiene serios problemas para respirar y hablar por culpa de esa enfermedad que comenzó hace 23 años. Sin embargo, hay dos cosas que la dolencia no le arrebatan: la fuerza para pelearla y la voluntad para hacerse oír.
Lo primero depende enteramente de ella. La inmovilidad y la silla de ruedas no impiden que exprese su optimismo a través de una permanente sonrisa, una brillante mirada y un envidiable sentido del humor. La voz, que fue perdiendo a medida que avanzó su esclerosis, regresó gracias a su garra y a un invento del Instituto Regional de Bioingeniería de la Universidad Tecnológica Nacional de Mendoza (UTN).
“Quería participar en las conversaciones, dar mis opiniones”, cuenta Sonia. Para eso se le ocurrió pedirle a la Asociación Mendocina de Esclerosis Múltiple (AMEM) un micrófono. La institución se contactó con la UTN, donde desarrollaron especialmente para ella un sistema de amplificación para la voz.
El equipo está compuesto por un micrófono manos libres y direccional que evita todo ruido exterior. Las palabras de la mujer son amplificadas por dos parlantes que, junto al circuito de potencia, van en la parte inferior de la silla de ruedas.
“Ahora los compadezco a todos, porque me van a tener que oír”, bromea Sonia, quien desde hace un mes lleva su equipo a todas partes y por eso manifiesta a cada momento su agradecimiento a Antonio Terrón, director técnico del Instituto, y a los becarios que colaboraron: Diego Viscencio y Enrique Fascioli.
“Sonia fue nuestra inspiración –destaca Terrón–. El prototipo aún está en ensayo y seguiremos corrigiéndolo, ya que ella nos hace sugerencias. Esperamos que pronto podamos ofrecerlo a todos los que sufren esta patología”. El ingeniero precisa que si bien no existe en el mercado un dispositivo similar, no nació con fines comerciales y la UTN puede fabricarlo para quien lo necesite.
Norma de Gardini, directora ejecutiva de AMEM, revela que el Instituto está trabajando además en una silla de ruedas que permitirá que los escleróticos múltiples puedan “ponerse de pie nuevamente”. No obstante, reconoce que los tecnólogos necesitan $5.000 para terminar el piloto. “Ojalá alguien pueda ayudarlos”, se entusiasma.
Ariel Sevilla asevilla@diariouno.net.ar

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