A este Maipú le gusta meter la cabeza en la guillotina, le gusta molestar al rival sin pensar en las consecuencias. Así fue frente a Universitario de Córdoba: se la jugó, pero pecó de atrevido.
Con la vista al frente y sin mirar atrás salió el Cruzado, pese a que inmediatamente se descuidó, ya que a los 4’ Arébalo le ganó en la carrera a Signorelli, probó ante la salida de Agnello y milagrosamente la pelota salió rozando el palo.
Un descuido no fue motivo para que los once de Sperdutti cambiaran de actitud. Por eso a puro huevo ganó Imbesi en el área y sacó un remate que dio en el caño.
Si bien el local jugaba mejor y atacaba, también sufría contragolpes que metían miedo.
A los 29’ se escapó Barrera y disparó, Agnello dio rebote y finalmente Ortega, parado en el área chica, se lo perdió increíblemente.
A partir de allí Maipú pudo manejar los hilos y tener en los pies de Fernández dos posibilidades de gol.
Sin embargo, cuando el temblor había pasado y la tempestad era controlada, llegó otro desastre: la expulsión de Wohlfart por tirarse con los pies hacia adelante ante Carlos Rodríguez, quien quedó tendido en el área por el golpe. Con uno menos debió seguir; pese a esto fue de igual a igual.
A los 13’ Arébalo abrió el marcador, tras un pase de Leichner y seis minutos más tarde Reinoso igualó las acciones. El ingreso de Quintero en los Estudiosos fue productiva, ya que a los 38’ metió un pase perfecto para que Leichner cerrara su excelente tarde con un gol y con la victoria de su equipo por 2 a 1.