La alianza de izquierda Encuentro Progresista- Frente Amplio- Nueva Mayoría (EP-FA-NM) consolida su posición política dominante en Uruguay al ganar las elecciones municipales el pasado 8 de mayo.
Tras una victoria histórica, la coalición del presidente Tabaré Vázquez gobernará 8 de los 19 departamentos del país, incluida la capital de ese país.
"A las victorias de movimientos progresistas en Latinoámerica se sumó una más en Uruguay, donde por primera vez una coalición de izquierda se impuso fuera de Montevideo, en elecciones municipales", reportaron diversas agencias de prensa.
Este triunfo es la continuación del cambio trascendental producido en Uruguay el 31 de octubre de 2004 con la elección de Tabaré Vázquez como primer Presidente de centroizquierda, después de 170 años de alternancia en el poder de los tradicionales partidos Colorado y Nacional (Partido Blanco).
Según señaló el director de Comercio del Ministerio de Economía uruguayo, Fernando Antía, los ocho distritos que quedaron en manos de la fuerza centroizquierda son los más poblados y concentran el 80 por ciento del PBI del país.
Hasta ahora el Frente no había logrado hacer pie fuera de Montevideo, donde gobierna desde 1990. Pero la situación cambió completamente y dio un golpe al Partido Nacional (PN) que perdió 3 de las 13 intendencias que gobernaba. Mientras que el Partido Colorado (PC) perdió 4 de las 5 que controlaba.
En Montevideo, donde vive casi la mitad de los habitantes del país, el nuevo intendente será el científico y ex –militante tupamaro Ricardo Ehrlich.
En el departamento de Canelones, el segundo en población, Marcos Carámbula rompió con la histórica hegemonía de los Colorados.
El centroizquierda también se impuso en Paysandú y Salto, los dos departamentos más industrializados de Uruguay y con una alta densidad demográfica. También en Treinta y Tres, Florida, Rocha y en el distrito turístico de Maldonado, al que pertenece Punta del Este, principal fuente de ingresos de divisas al país.
El amplio triunfo del Frente sorprendió a políticos y analistas que definieron la victoria como "extraordinaria". Ni las predicciones más optimistas dentro del propio Frente aspiraban a tanto. "Nosotros hablabamos de entre tres y cinco (intendencias), pero sinceramente, no esperabamos este resultado", admitió el director de la consultora Factum, Oscar Botinelli.
El PN salió muy debilitado al perder tres intendencias. Entre ellas las de Maldonado y Paysandú, especialmente simbólicas. La primera, por su importancia estratégica y la segunda, por ser el bastión del ex candidato presidencial y líder de los blancos, Jorge Larrañaga.
El Partido Colorado, gran perdedor en las presidenciales de octubre, reafirmó que sufre una grave crisis, sólo pudo mantener una de las cinco intendencias que controlaba: la de Rivera.
El presidente de la Corte Electoral, Carlos Urruty, declaró que los comicios se realizaron con "total normalidad".
El diario "La República" definió de modo contundente el giro electoral: "la guillotina de las urnas cercenó de un sólo tajo la cabeza hegemónica del conservadurismo de tierra adentro. Una verdadera revolución democrática tuvo lugar el domingo en las urnas al producirse el alumbramiento de un nuevo Uruguay, donde por primera vez en su historia se quiebra la hegemonía conservadora en el interior del país y la izquierda obtiene ocho departamentos esenciales para la vida de la Nación, cinco de los cuales generan más del 80 por ciento de la riqueza nacional".
Este nuevo reparto de influencia política favorece el proyecto de Tabaré Vázquez y de la coalición, porque le facilita articular algunas de sus propuestas fundamentales al interior del país.
Una de las piezas claves en la primera etapa del gobierno frentista es el desarrollo del Plan de atención a la Emergencia Social, un conjunto de acciones dirigidas a cubrir las necesidades básicas de unas 200.000 personas.
Los miles de votos que permitieron el avance del Frente provienen del desengaño y el hartazgo de uruguayos que hasta ahora votaban por las fuerzas tradicionales. Son un "préstamo" con el que ponen a prueba la capacidad de la izquierda para resolver los problemas urgentes e iniciar un cambio de progreso para Uruguay.
Ahora la coalición deberá responder a esa expectativas y justificar con hechos el paso decisivo que dieron los ciudadanos.
Constituido el 5 de febrero de 1971 el EP-FA-NM promueve la consolidación de alianzas políticas con expresión electoral y acuerdos sociales para viabilizar la integración del país y comprometerlo con un proyecto de convivencia. Consta en sus bases programáticas de la voluntad de construir un Uruguay justo, con sentido nacional y progresista, liberado de la tutela imperialista.
Ana Hernández
Escenarios Latinoamericanos