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Vamos las bandas… las de todos lados

Tocaron juntos en Mendoza la banda mendocina PusNoir y Rodolfo Luis González, más conocido como El Soldado.  Primero sonó la banda mendocina, después el músico de la Capital Federal cerró un recital bastante apto para el disfrute.

Santiago Giménez

santiagogimenez@argentina.com

24/04/06 El recital de Rodolfo Luis González, este sábado 22, fue un repaso por sus 4 discos de estudio en un boliche del departamento de Luján. Lugar al que suelen asistir quinceañeras y quinceañeros que prefieren el rock nacional. “No estamos presentando el disco nuevo (Visiones de un rompecabezas) estamos esperando que la gente lo escuche un poco más” le dijo a ATPA el músico mejor conocido como “El Soldado”.

El ex plomo de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota tocó delante de 250 personas e hizo emocionar a varios y delirar a algunos con un rock suave, casi suspendido en el aire, un tanto monótono pero al mismo tiempo (sepan disculpar al cronista) aguerrido.

Un pibe rubio, con el pelo semi engominado, parado en la valla que separaba el escenario del público, después de haber cantado palabra por palabra y tarareado solo de guitarra que apareciera en los temas de El Soldado, explotó de alegría con “Ángel de los perdedores”. Cerró los ojos y tiró su cabeza para atrás, dejó de mover las manos como si estuviera en la popular y se agarró bien fuerte del vallado como si no quisiera salir volando por la presión sonora de los parlantes. Parecía poder sentir cómo el alma del tema le entraba por las uñas de los pies y le salía por la boca en forma de canción después de recorrerle el cuerpo. Si el Indio Solari hubiera aparecido en la mitad del tema, el joven podría haber muerto extasiado.

PusNoir también se encargó de hacer que la velada fuera gustosa. Tocó 7 temas con el mismo sonido que la banda de “El Soldado”, lo que fue una alegría para los que creemos que la importancia de una banda esta dada por su calidad y no por el lugar de donde proviene, y que el rock mendocino no existe, como no existe el de Buenos Aires o el de Argel. Existe el rock del mundo.

La banda hizo mover las cabezas de unos cuantos, pero no como lo haría Roberto Giordano, sino con una exquisita alquimia de punk, rock y psicodelia apática aportada sobre todo por Cristián Chavarri, hombre de pocas palabras pero de buenas canciones y la curvilínea corista Anahí Miner, integrantes de PusNoir.

Un público que no los había ido a ver a ellos exclusivamente, y que podemos adivinar esperaba al “Soldado” con ansia, terminó aplaudiendo eufórico y alzando las manos entre tema y tema que hicieron los mendocinos. El mismo público corrió a buscar los discos de la banda local cuando se anunció que había unos cuantos en la entrada del boliche. 

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