En la Antigüedad, ser condenado al exilio era el mayor de los castigos. Pero 2500 años más tarde, son muchos los que optan por dejar su país de origen. Y lo hacen por necesidad, en busca de mejores condiciones de vida o de desarrollo de su profesión.
Por la selección que ejercen los países de destino, entre ellos se cuentan algunos de los más destacados científicos, ingenieros, técnicos y profesionales que posee una sociedad. La crème de la crème. "Es algo así como cultivar frutos y regalar los mejores", comenta el doctor Enrique Oteiza, que desde hace cuatro décadas investiga sobre las migraciones argentinas. Oteiza, profesor del Instituto Gino Germani, de la UBA, y una de las figuras descollantes de la historia científica local, será disertante del seminario "Diáspora y circulación de talentos, ¿una movilidad al servicio del desarrollo en América latina?", que mañana y pasado analizará en la sede de la Alianza Francesa de Buenos Aires (Córdoba 946), con la presencia de especialistas argentinos y extranjeros, este problema de absoluta actualidad.
No es fácil estimar la cantidad exacta de argentinos en el exterior. "Cuando comenzó el período democrático se manejaban las cifras más fantasiosas", recuerda Oteiza. En 1984, junto con Alfredo Lattes y Rodolfo Bertoncello, Oteiza respondió a ese desafío. El resultado se publicó en el Centro Editor de América Latina con el título de Dinámica Migratoria Argentina, 1955-1984: democratización y retorno de expatriados. Por tres métodos distintos, los científicos hicieron la primera estimación confiable: en ese momento había entre 500.000 y 600.000 argentinos dispersos en el exterior; hoy esa cifra superaría el millón.
Para Oteiza, entre el 5 y el 10% de la diáspora corresponde a personal altamente calificado. El Programa Raíces, la red de vinculación con científicos argentinos residentes en el exterior tiene 4500 integrantes (el 32% en Europa, el 25% en América del Norte, el 38% en América latina, el 2% en Oceanía y Asia, el 0,04% en Africa, el 0,08% en América Central, y en otros países el 1%) y estima que hay 6000 en total, aunque no son datos oficiales. Otro trabajo, de Mario Albornoz, Ernesto Fernández Polcuch y Claudio Alfaraz, coincide en que habría entre 5000 y 7000 investigadores que residen permanentemente en el exterior. De las carreras científicas y tecnológicas de universidades locales egresan anualmente unos 3000 graduados.
¿Por qué emigran los científicos? A primera vista parece que es por dinero. Pero hay otras causas, si cabe, más decisiva, como la posibilidad de investigar con la infraestructura necesaria o la valoración que reciben en los países centrales. "Aunque tuve que exiliarme dos veces, siempre volví a poner el hombro -dice Oteiza-. Sin embargo, me da mucha rabia que aquí a los científicos se los reconoce cuando son valorados afuera. Después decimos «qué geniales somos los argentinos». Cuando se los reconozca primero acá voy a pensar que somos una sociedad que puede retener a su gente más valiosa."
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22 de noviembre de 2024