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Vivir en otros

Durante años la donación de órganos fue perseguida por la sombra de la ignorancia. Actualmente, hay una concientización mayor acerca de la importancia de este acto y de la gran cantidad de vidas que se pueden salvar.

03 de julio de 2005, 02:14.

“Surgir a vida nueva. Realizar el milagro de cubrir con jazmines la herida de mis venas

Y hacer un canto blanco con restos de tragedia”. Resurgir de  Alfonsina Storni

La donación de órganos fue un tema casi tabú para gran parte de la población durante largo tiempo. Una de las grandes sombras que la seguía era la ignorancia acerca del tema.

Según informes del INCAIMEN (Instituto Coordinador de Ablaciones e Implantes de Mendoza), las mayores negativas a la entrega de los órganos son que no lo hubieran hablado en vida, el no querer tomar la decisión por el fallecido, el no comprender o no aceptar  la muerte. A éstas se suman las que tienen muchas personas: el creer que por ser donantes no recibirán la atención médica adecuada en caso de accidente o enfermedad, o aún el no saber cómo y a quién se dirigen los órganos. Ante estos equívocos, Claudia García, de la Subsecretaría de Planificación y Promoción de la Salud dice que “es necesario desmitificar los prejuicios y temores de la donación, o sea, de dar vida después de la vida, confiando en la honestidad de las instituciones intervinientes”. A pesar de estas negativas, cada día más gente accede y apoya la donación. Las afirmativas responden a diversas razones. La decisión en vida del fallecido, el entender que todos pueden necesitarlo y al ayudar a otros, son las predominantes.

Procuración y distribución de los órganos:

El INCAIMEN es un organismo que depende de la Subsecretaría de Salud del Ministerio de Desarrollo Social y Salud del Gobierno de Mendoza. Este instituto es el encargado en la provincia de garantizar la accesibilidad al trasplante por medio de tareas de promoción y difusión de información sobre el tema; así como también de la procuración, ablación e implante de órganos y tejidos.  A su vez,  tiene vínculo directo con del INCUCAI (Instituto Coordinador Único Central de Ablaciones e Implantes), siendo Representante Provincial de Mendoza y Jurisdiccional de la Región de Cuyo.

La decisión de realizar un transplante es válida a partir del consentimiento del paciente (si lo decidió en vida), la familia, e implica la actuación de un equipo multidisciplinario habilitados para ese fin. La Ley que rige esa acción es la Ley Nacional Nº 24193, que asegura la inviolabilidad de las normas éticas y principios morales, la equidad y justicia en la distribución de éstos órganos, la transparencia de los procedimientos médicos, legales y técnico-administrativos. Vigila también el correcto mantenimiento de los niveles científico-técnicos exigidos a profesionales y establecimientos, dicta los conceptos de muerte, referidos a criterios médicos, así como las prohibiciones, responsabilidades, sanciones y funciones de todos los organismos ypersonas  que intervienen.

El operativo de procuración comienza cuando el médico (todos ellos especialistas en Terapia Intensiva con capacitación en procuración de órganos para transplante) comunica desde el hospital al INCAIMEN la existencia de un potencial donante. La evaluación de éste lo analiza en lo que concierne a antecedentes personales y examen clínico. El neurólogo realizará el diagnóstico de muerte a través de las pruebas que exige la ley. Luego se esperan seis horas para la confirmación definitiva. Cabe aclarar que siempre se solicita el consentimiento familiar para evaluar al donante y su posterior ablación.

Para hacer efectiva su voluntad de ser donante de órganos, se puede comunicar en vida a parientes y familiares; se puede firmar un Acta de Donación, asentarlo en el DNI, telefónicamente 0-800-222- 4622 (INCAIMEN)  o a través de incaimen@mendoza.gov.ar. Para más informes, dirigirse a Hospital Central - Segundo Piso Ala Este. Alem y Salta - Ciudad – Mendoza. Telefax: (0261) 4201997-4239330.

La vida después del dolor

La decisión de donar en momentos de tan profundo dolor es uno de los actos más altruistas que pueden realizar las personas. Cuando nació el segundo hijo de Laura, tuvo que luchar mucho. Al nacer con una grave cardiopatía, el niño debió ser operado a los pocos meses de vida, y pocos años después, someterse a una nueva intervención. Luego de años de dar pelea, y cuando aparentemente todo estaba bien, su hijo falleció. En el mismo momento, dos niños se encontraban esperando un transplante.

“Lo que me llevó a tomar la decisión, dice Laura, fue sobretodo que Marcos era un niño generoso, y saber que era algo irreversible, que ya no lo podía remediar, pero con la conciencia de que sí podía solucionar el problema de los dos nenitos que estaban esperando. Esa esperanza, esa secreta ilusión de verlo desde una proyección de que algo queda. Eso fue lo que me movió a mí en un primer momento, y no lo pensé, porque Marcos lo hubiera querido”.

El hecho de conocer la institución encargada y el tratamiento que se le da a los órganos donados ayudó a Laura a tomar la decisión y a no caer en errores en los que muchas veces la gente incurre.

“El problema por el que la gente tiene miedo es la mala información. La gente cree que hay tráfico de órganos y que los van a dejar morir por usar sus órganos. Hay que saber que hay leyes que amparan esta institución y que cuidan del paciente. La solución a este problema es que se informen más, y que no tengan miedo” agrega Laura.

La pregunta inevitable en estos casos es de dónde se sacan las fuerzas para tomar la decisión en un momento de una pérdida tan dolorosa. Al respecto, esta valiente mamá nos comenta “Uno tiene que sobreponerse a lo inesperado. El dolor es grande, mucho más grande cuando una sabe que no puede hacer nada. Mi caso fue muy inesperado, y fue un dolor muy grande para mí, pero tuve que sobreponerme a eso y pensar en esas dos criaturas que estaban esperando desde hacía mucho tiempo. Yo tenía la alternativa de decir no, y no dejar a esos niños que recibieran el transplante. Entonces pensé cuánto de bonito tienen que pasar esas dos criaturas que están empezando a vivir, aunque a mi hijo se le había ido la vida. Todos debemos pensar eso: que dejaron esta tierra pero que siempre tenemos la oportunidad de volvernos a encontrar”.

“Pero yo pensaría que nació la tristeza después de aquel momento en que algo se logró. Cuando el triunfo de haber gustado la proeza no permite aún crear otra nueva ilusión” La Tristeza de. Alfonsina Storni

Es una decisión difícil, pero necesaria y vital para salvar otras vidas. Quizá el único consuelo que queda es el saber que la donación constituye un acto generoso por parte de la familia donante, sabiendo que permite a otros vivir, y a ellos, vivir en otros.

Loana Isla Lacuey

l_isla@hotmail.com

Departamento de Cultura

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