Alrededor del 40 % de los estudiantes argentinos cambian, al menos una vez, de carrera. La luz de alerta se activa en los casos en los que el cambio es sostenido y desorientador. ¿Por qué sucede? ¿Son positivos los “volantazos” o son una pérdida de tiempo? Cómo no equivocarse.
Empecé a estudiar Administración de Empresas, ya que varios amigos habían elegido lo mismo. Pero, con el correr de las materias, descubrí que no me gustaba lo suficiente. Después, probé con Abogacía, carrera con la que me entusiasmé en un principio, pero duró un suspiro. Ahora, estoy cursando Filosofía Y Letras, que no guarda ninguna relación con lo anterior, pero por primera vez disfruto de lo que hago (…)