No es 21 de septiembre, no es día del amigo, ni siquiera la mañana del carrusel, pero Mendoza ya no está tan limpia como antes. Pareciera que a medida que pasa el tiempo, mientras algunos crecen en su conciencia ecológica, otros hacen el camino inverso.
Se ven jóvenes, adultos, ancianos; sin ninguna distinción de sexo; tirando papeles, botellas, envoltorios en plena vía pública, haciendo caso omiso de los “basurines” ubicados sobre los costados de las veredas.
Llueve sobre mojado
Mendoza no es Buenos Aires. En Capital Federal llueve y a los minutos está inundada. Sin embargo, la provincia del sol y del buen vino, no tiene nada que envidiarle. Algunas acequias acumulan tal cantidad de botellas y de otros tipos de residuos que provocan el estancamiento del agua y la posterior inundación de las calles, volviéndolas intransitables para los peatones y más que peligrosas para los automovilistas.
Para observar este “fenómeno” no hace falta viajar hasta el microcentro mendocino. En cualquier departamento se puede ver la misma situación, en calles como Saénz Peña en Luján de Cuyo; Veléz Sarsfield en Godoy Cruz, entre otras “rutas” de nuestro andar provinciano.
Algo que también se puede ver en las plazas de Mendoza, es a placeros limpiando con hojas de palmera. Una sugerencia: hay que concientizar pero al mismo tiempo se debe equipar mejor a los encargados de mantener limpia la provincia.
Algunos departamentos como Maipú, hace años que han tomado conciencia de esta problemática y actuaron en consecuencia, como por ejemplo, entregar bolsas de residuos de distintos colores y que cada una se utilice para arrojar residuos de un determinado tipo. También habría que revisar si esta iniciativa realmente les sirve a los habitantes de aquel departamento.
Otros, como Godoy Cruz, buscan concientizar mediante publicidades callejeras o a través de los medios de comunicación.
Volver a ser
La última medida de concientización comenzó a implementarla Capital. El plan lanzado por la comuna consiste en hacerle saber a los vecinos los horarios y días en que deben sacar los residuos y el hecho de que no deben arrojar desperdicios a las acequias, veredas o calzadas.
Con el plan se intentará llegar a las aproximadamente 130.000 personas que habitan en Ciudad y a las casi 500.000 que la transitan diariamente.
La iniciativa prevé la aplicación de multas, las cuales serán destinadas principalmente a aquellos organismos o comercios que saquen enormes cantidades de basura fuera del horario estipulado, es decir, antes o después de las 21.
Entre todos se puede
Las medidas de Maipú y Capital no son malas, aunque son insuficientes. Todos los departamentos deben colaborar para mejorar y la gente también debe hacerlo.
Los residuos en las acequias, en las veredas, no sólo afecta el tránsito en los días de lluvia sino que también puede afectar al turismo, un recurso que se ha vuelto más que importante para la provincia. La responsabilidad es de todos.
Daniel Calivares
Departamento de Cultura