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Volvió el estudiante premiado en Corea

18 de diciembre de 2008, 18:05.

Tras cincuenta horas de viaje en avión, Ignacio Zonana, el joven mendocino que obtuvo la medalla de bronce en las Olimpíadas de Ciencia en Corea volvió a su ciudad natal. Hijo de profesores humanistas y nieto de Jovita Kemelmajer, reconocida docente e investigadora, Ignacio llegó a casa con honores, tras disputar durante tres días, una dura competencia internacional de química, biología y física.

Ignacio tiene 15 años,  es el segundo hijo de un total de 10, del matrimonio compuesto por Gabriela Frannino, profesora de Literatura y Gustavo Zonana, investigador de literatura en el Conicet. También es nieto de la famosa artista mendocina Jovita Kemelmajer, quien orgullosa ayer nos describía por teléfono, su alegría al saber este meritorio premio a su nieto, “porque además es un chico muy callado y reservado”, afirmó la feliz abuela.

El joven estudiante decidió participar en las Olimpíadas Internacionales  de Ciencia que se disputaron a principios de diciembre en la ciudad de Changwon en la República de Coreta. Allí participaron jóvenes de más de 50 países de todo el mundo, por Argentina fueron seis, Ignacio fue el único representante por la provincia de Mendoza.

-¿Cómo decidiste participar en este concurso?
Ya lo había hecho el año pasado, pero no llegué a la final, Facundo Frau, también del CUC (Colegio Universitario Central) fue el representante de la delegación argentina en Taiwán. Pero este año quise intentarlo de nuevo para lo cual me preparé muchísimo con profesores que me ayudaron mucho en física, biología y química.

-¿En qué consistieron los exámenes que tuviste que realizar?
Primero nos tomaron una evaluación en septiembre, ese examen se hizo en todas las provincias. El objetivo fue obtener un representante por provincia y de los mejores puntajes saldrían los integrantes de cada equipo.

-¿Los exámenes que rendiste fueron fáciles?
No, para nada, eran muy complicados y largos, además muchos de los contenidos eran mucho más avanzados de mi nivel, por lo cual fue complicado.

-¿Cuándo te avisan que quedás seleccionado para viajar a Corea?
En octubre me llamaron y me dijeron que tenía muchas posibilidades de viajar, pero que era necesario resolver varios temas administrativos y económicos para el viaje.

-¿Quién costeó los pasajes y la estadía?
Desde el Ministerio de Educación de la Nación salieron estos recursos. Pero yo sabía que Facundo (Frau), el año pasado había estado hasta el último día sin saber si podría o no viajar porque no había recibido el dinero para los pasajes, así es que estuvimos durante mucho tiempo muy preocupados.

-¿En ese tiempo seguiste estudiando?
Si, no dejé de hacerlo.

- ¿Y el viaje salió?
Por suerte si, desde Argentina se armaron dos equipos de tres personas cada uno. Cada país podía presentar hasta 6 personas. Yo integré el equipo del  interior con otros chicos de Rosario y Bariloche, mientras que el segundo equipo se formó con gente de Buenos Aires.

- ¿Cuándo llegaste a Corea?
Llegué a principios de diciembre y estuve rindiendo exámenes entre el 7 y el 16 de ese mes. Primero rendí un examen de múltiple opción en donde obtuve el mejor puntaje de mi equipo. Dos días después rendí un examen para desarrollar, con problemas de física, biología y química. Y 48 horas más tarde rendí con mi grupo el examen experimental. Fueron días muy intensos.

-¿Cuándo te dijeron que habías ganado?
Me enteré este lunes, y una de las profesoras que nos acompañaba se encargó de llamar a mi mamá en Mendoza para avisarle.

Gabriela, la mamá de Ignacio, e Inés, una de las hermanas menores del joven, estuvieron acompañando todo el desarrollo de la entrevista. Gabriela, aún emocionada por la noticia no dejaba de contar la alegría que su familia tenía. “Con mi esposo no salimos del asombro, de padres humanistas, un hijo técnico”, afirmó la madre orgullosa.

-¿Qué te parece la experiencia vivida?
Tuve la oportunidad de contactarme con chicos de mi edad de todas partes del mundo, había gente de África, Europa, Asia, Oceanía y por supuesto América. La habitación la compartía con uno de los chicos argentinos y un húngaro que no hablaba mucho inglés pero pudimos comunicarnos. Además desde la organización del concurso, habían organizado visitas turísticas y a centros de estudio y ciencia. La verdad es que fue gratificante lo que viví.

Ignacio dialogó con MDZ a pesar de que llevaba más de dos días de viaje, se lo notaba cansado y quizás por ello todavía no se daba cuenta del orgullo que era para su familia y para los mendocinos, el haber conseguido tan meritorio premio internacional.

El futuro del joven estudiante es, según sus palabras, “terminar la escuela y estudiar Ingeniería Mecatrónica”, una carrera que no tiene más de diez años de vida y que actualmente se estudia en la UNCuyo y universidades de Francia. “Es una carrera cuyo principal propósito es el análisis y diseño de productos y de procesos de manufactura automatizadosa -explicó Ignacio- en Estados Unidos existe en el MIT (El Instituto Tecnológico de Massachusetts).

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