Ese estado de ánimo prima en los niños, según los padres que respondieron al sondeo de UNO digital. El resto se divide entre el fastidio y la falta de interés.
El 56% de los alumnos está contento con la vuelta a la escuela. Así se desprende de la percepción que tienen los papás que respondieron a la encuesta de la edición digital de UNO: ¿con qué ánimo volvió tu hijo a clases? Sin embargo, el resultado arroja otro análisis: más del 40% está en la otra vereda, sintiéndose molesto o directamente indiferente.
En la consulta participaron 2.650 internautas, de los cuales el 56,04% respondió que su hijo volvió a la escuela contento (1.485 votos); 22,83% se mostró molesto con “agarrar” los libros de nuevo (605 votos), y al 21,13% le resultó indiferente (560 votos).
A grandes rasgos, podría decirse entonces, que casi 6 de cada 10 chicos está feliz por retomar la mochila, el guardapolvos y las cinco horas de clases. Pero también, que 4 de cada 10 no lo vive así, divididos entre el fastidio y la falta de interés.
Si bien insiste en que “no se puede generalizar”, Adriana Hunau, licenciada en Psicología y Coordinadora del Servicio de Apoyo al Estudiante de la UNCuyo, advierte que los resultados surgen de “la percepción que el papá tiene de su hijo porque el ‘contento’ o el ‘molesto’ pasó por el filtro de los papás. A veces los preparativos que se generan en la casa hacen que yo tenga tanto entusiasmo por algo que me parece que vos también lo tenés. Habría que ver qué piensan los chicos”.
La psicóloga agrega que las opciones disponibles (contento, molesto e indiferente) también dependen del contexto del chico: “Si para él, el estudio forma parte de su vida cotidiana porque sus padres tienen hábitos intelectuales, es probable que esté contento porque vuelve a algo que está siendo legitimado en su casa.
De igual manera, si se trata de un chico que empleó su tiempo de vacaciones en apoyar el ingreso económico del hogar, puede sentir que está interrumpiendo esa colaboración y entonces sentirse molesto, o por el contrario puede sentirse contento por retomar la escuela y dejar esa otra obligación”.
Por su parte, Alejandro Castro Santander, psicopedagogo e integrante del Observatorio Iberoamericano de Violencia en las Escuelas, advierte que “la respuesta asociada con el ‘contento’ está relacionada con los chicos de la primaria y en general con los más pequeños, porque se reencuentran con sus compañeritos, tienen ansiedad por conocer a la maestra nueva, etc. En cambio, el preadolescente y adolescente se encuadra más en las otras respuestas, porque ellos siguen manteniendo el contacto con sus pares a través del teléfono celular o en encuentros personales”.
El experto asegura que la escuela primaria es “más contenedora”, porque al tener pocos docentes, ellos se convierten en referentes “más estables” para el chico. En cambio, la secundaria se percibe como “más lejana” por la cantidad de profesores que tiene el adolescente, “situación que también afecta a los docentes mismos, ya que les cuesta generar vínculos, porque van de escuela en escuela”.
José Rivas, subsecretario de Educación, sostiene que “el docente trata de brindar lo mejor que tiene para trabajar en una escuela exigente y de calidad, por lo tanto la percepción que puede tener el alumno es una cuestión que se puede modificar durante el año. Muchas veces los sentimientos de los primeros días son contradictorios, pero es cuestión de tiempo”.