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We love you Lula

Lula cuestionó las decisiones de Chávez de poner fin al programa de intercambio militar venezolano-norteamericano. También afirmó que la aspiración brasileña a una banca permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU "causa celos" entre los países vecinos en referencia a los roces entre Argentina y Brasil.

En una de esas oportunas casualidades, en medio de la gira de Condolezza Rice, a fines del mes de abril por Latinoamérica, el presidente  brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, envía al  jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, José Dirceu, a Caracas para dar un mensaje a Hugo Chávez, quien había declarado la suspensión del intercambio militar con Estados Unidos.

Durante su estadía en Caracas, Dirceu se reunió con Chávez en el Palacio de Miraflores, donde expresó la oposición del  gobierno brasileño a la decisión de poner fin al programa de intercambio militar venezolano-norteamericano, anunciada por el presidente venezolano.

Según publicó el diario Folha de Sao Paulo, fuentes del gobierno brasileño no identificadas, informaron que Lula considera que Chávez está "superando los límites".

''Gestos como ese no ayudan'', le habría aconsejado Dirceu a Chávez, a quien no pidió que diera marcha atrás en el rompimiento.

Abril terminó y comenzó mayo, como casi todos los años, y Roger Noriega, secretario adjunto para América Latina de Estados Unidos, calificó de "líder de la región" a Brasil el tercer día de este mes.

Brasil es de hecho el país mas grande de Sudamérica y es probablemente, si puede construirse un MERCOSUR basándose en una lucha de fuerzas y no en la cooperación de los integrantes, el posible líder.

Pero quizá la problemática mayor no sea la del liderazgo o no de Brasil en el MERCOSUR, sino la disposición a hacer “buena letra” con el país líder del continente americano en su totalidad, Estados Unidos.

La aspiración brasileña a una banca permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU "causa celos" entre los países vecinos, dijo Lula a periodistas de la agencia ANSA el 4 de mayo.

Pero es probable, existe la mínima posibilidad, de que no sean precisamente celos lo que despierten estas actitudes en países vecinos como Argentina, sino cierto temor a que Brasil en función de alcanzar sus intereses que se refieren a política y diplomacia internacional termine convirtiéndose en el país vocero de Rice o Noriega en la región.

Santiago Giménez.

santiagogimenez@argentina.com

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