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Y se llamó Mendozazo

El 4 de abril de 1972 distintos movimientos sociales salieron a la calle con sus reclamos gremiales y su indignación por un gran aumento en la tarifa del servicio eléctrico. La represión de los “hombres de hierro”, comandada por el gobierno militar, fue brutal. A 34 años, en el Cine de la Universidad se repuso el documental “Mendozazo” que busca articular ese pasado con el presente. ATPA entrevistó a los realizadores del film y a protagonistas del hecho.

Por Santiago Mampel

sanmampel@hotmail.com

Departamento Movimientos Sociales

En abril de 1972 la provincia de Mendoza vivía una profunda crisis económica, y desde el gobierno provincial de Francisco Gabrielli, nombrado por el presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse, se anunciaba un aumento de las tarífas eléctricas.

Distintos sectores sociales, como los productores agropecuarios, los obreros, los maestros y los estudiantes, se organizaron y salieron a la calle reuniendo a unas 15.000 personas frente a la Casa de Gobierno. Los mendocinos se habían sublevado frente a un gobierno militar.

En esos días, que quedaron en la memoria con el nombre de “Mendozazo”, las calles se tiñeron de azul y rojo. De azul, porque los carros hidrantes “Neptuno” bañaron a los manifestantes (sobre todo a los docentes) con agua de ese color para poder identificarlos. De rojo, por la violenta represión que dejó varios muertos y cientos de heridos y detenidos, obligando a la renuncia del Gobernador.  

El hecho fue un hito y tuvo mucha importancia para la organización de los movimientos sociales. Pero sin embargo no es muy conocido por los mendocinos, como cuenta a APTA Leonardo Torino, uno de los realizadores del film y estudiante de la Universidad Nacional de Cuyo, para quien “lamentablemente todo tiende a socavar la memoria histórica del pueblo. El Mendozazo fue mucho más que una expresión popular en donde la gente salió a gritar a la calle, o un hecho policial como quisieron mostrar los medios de la época y también los de hoy, sino que demuestra lo que puede llegar a lograr la organización de los actores sociales. Lo que pasa es que tienen miedo que se sepa que hay personas que luchan por sus derechos”.

Para Analía Profera, otra de las realizadoras, lo más interesante estuvo en “ir a mostrar la película en comedores, barrios y escuelas a chicos y jóvenes que no tenían idea de lo que había pasado y en donde pudimos reflexionar sobre nuestra propia historia”.

Como cuenta a APTA Juan Moyano, un electricista del departamento de San Marín que marchó esos días por las calles del centro bajo consignas como 'No pague la luz', “la crisis era total, la producción no tenía precio, y los agropecuarios estaban desesperados. En las marchas se tiraba la uva, la fruta, porque no se podía vender”. “Lamentablente –sigue Moyano– nada cambió con respecto a los problemas que sufrimos los mendocinos, y si no pregúntele a la gente de aquí si puede mandar a sus hijos a estudiar”.

Para los realizadores del film también fue un desafío demostrar cómo esas luchas populares se dan en la actualidad. “No queríamos hacer un archivo histórico ni un documental didáctico”, sostiene Natalia Bulacio, “queríamos mostrar una continuidad con las formas de manifestación de los sectores populares de ahora, en el presente”.

La represión de ese día quedó impune. El cantante León Gieco, inspirado en éste hecho escribió la letra de “Hombres de Hierro”, que dice “dile a esos hombres que traten de usar a cambio de las armas su cabeza”.Uno de los encargados de esa represión, el Coronel Gómez Rueda, todavía hoy se anima a contar cómo mandó a sus hijos a infiltrarse en las barricadas, “un método no convencional pero que da resultado” según afirma en la película. “Le dimos aire, -dice Analia Profera-, no porque creamos en la teoría de las dos campanas, sino porque sabíamos que podíamos desarticularlo con su propio discurso”.

Roberto Velez, autor del libro “La represión en la UNCuyo”, recordó a propósito del Mendozazo en el diario electrónico Cuyonoticias.com, que “la represión principal la desencadenaron en la Casa de Gobierno el 4 de abril, cuando ingresaba una poderosa columna. A media mañana, reprimieron a las maestras, como lo hicieron con otros actores en otros sectores”. El departamento más combativo y en donde la represión fue mayor fue el de Las Heras.

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