El proyecto Gestión de Residuos y Recuperación de Materiales Reciclables en el Campus de la UNCUYO viene gestándose hace un tiempo, a partir del trabajo articulado del Instituto de Ciencias Ambientales de la secretaría de Desarrollo Institucional y Territorial, el Cicunc y las dependencias académicas.
Para el rector Daniel Pizzi la iniciativa constituye una suma de saberes académicos “puesta al servicio de la definición de la política institucional de la Universidad”, en este caso en materia ambiental, y que se condice con el objetivo del Plan Estratégico de “colaborar con el desarrollo integral de la sociedad”.
Para el Ingeniero el tiempo de gestación o “incubación” del proyecto se justifica porque puede constituir “una experiencia integral exitosa, visible y transferible a la comunidad mendocina”.
Permitirá a corto plazo solucionar técnica y logísticamente la gestión de residuos en la UNCUYO. Para ello en primer lugar se impulsa la separación “en origen” de los residuos en tres categorías: azul para el papel y cartón, amarillo para vidrios y ciertos tipos de plásticos, y negro para residuos que no se pueden recuperar (en el mercado mendocino no todo material desechable tiene valor reciclable). Los colores se tomaron en referencia a los criterios de las Capitales del Vino.
Una vez que se separa la basura comienza el trabajo de la Cooperativa de Recuperadores de Mendoza (Coreme). Los recuperadores urbanos retiran los materiales reciclables para transformarlos en nuevos productos que volverán a la Universidad.
La tarea de separación se apuntala con la campaña de comunicación UNCUYO SePaRa, destinada a cambiar hábitos de la comunidad y educarla en lo ambiental. Se intenta concientizar e incentivar la minimización del consumo y la reutilización de materiales, y generar una visión del ambiente desde la perspectiva del desarrollo sostenible.
“El objetivo es consolidar un cambio de hábito dentro de la comunidad, y una vez logrado ésto, poner todo el sistema de medios de la Universidad a disposición para trasladar este tipo de acciones a la sociedad”, comentó el coordinador del Cicunc, Mauricio González, en relación a la campaña de comunicación.
Para el secretario de Desarrollo Institucional y Territorial, Héctor Smud, no sólo es un cambio de hábitos, sino que “es un cambio cultural que involucra al 100% de los actores universitarios” afirmó. Asimismo señaló que se asume el compromiso de ampliar el trabajo con residuos sólidos urbanos a los residuos peligrosos, eléctricos y electrónicos, y patológicos, así como de darle solución a la gestión de residuos de las unidades académicas que están fuera del Campus.
El coordinador de Inclusión Social y Articulación Educativa, José Rodríguez, indicó que esa Área aporta el tema de la inclusión social de los recuperadores que ya trabajaban en el Campus “para que esa realidad termine en autogestión”. Se aborda el problema de los residuos sólidos desde una visión social, política con inclusión y de forma integral. Es decir, dándole “valor al trabajo que hacen los recuperadores y tratando de formar un proyecto piloto para que en escala social sea mucho más amplio” explicó Rodríguez.
Por último, el director del programa de Residuos de la Universidad, Peter Thomas, opinó que el proyecto puede representar “una experiencia transferible, que puede interesarle a muchos municipios de Mendoza”.
UNCUYO Separa en números
Unas 35000 personas circulan a diario por el Campus.
Se genera entre 1 tonelada de basura diaria que tiene como deposición final el vertedero controlado El Borbollón.
El 50 por ciento de esa basura es reciclable.
El proyecto se ejecuta en 8 facultades, 14 dependencias y 24 edificios.
Se instalaron 150 islas internas con 450 recipientes de 44 litros cada uno.
Se coloraron 55 islas externas, con sus respectivas señalética,cartel informativo, techos y bolsas.
Se montaron 15 plataformas con 46 contenedores de 1100 litros.
Se dictaron 39 talleres de sensibilización y capacitación del personal universitario que manipula los residuos.
Fuente: www.unidiversidad.com.ar