Los RAEE son Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, es decir, son aparatos que han dejado de funcionar, han llegado al fin de su vida útil o son reemplazados por otros más modernos. En el momento en que las personas que los adquirieron consideran que no le son útiles, se transforman en residuos y pueden ser un problema para nuestro ambiente.
La Organización de las Naciones Unidas estima que se generan alrededor de 50 millones de toneladas por año en todo el mundo y que el 80% de los mismos termina como relleno sanitario o en basurales a cielo abierto, sin la gestión adecuada.
En Argentina se generan por año unas 500.00 toneladas de RAEE al año, entre 10 y 12 kg por cada habitante. Se estima que solo el 3% de los RAEE generados se tratan convenientemente. Además, entre un 50% a un 60% de ellos son almacenados por años en hogares, comercios u oficinas, es el denominado “efecto tesoro”, generalmente por desconocimiento del procedimiento de su descarte. Entre un 10% a un 15% llegan a los servicios técnicos o talleres de reparación para alargar su vida útil. Solo del 5% al 10% se recicla a fin de recuperar materiales; el resto, desafortunadamente, terminan en rellenos sanitarios o simplemente abandonados.
En Argentina no existe una Ley de Presupuestos Mínimos sobre RAEE, algunas provincias han generado legislación propia, Mendoza no es una de ellas. Los RAEE, por sus características, deberían considerarse como residuos especiales distintos de los residuos sólidos urbanos y con un sistema de recolección y gestión distinto de los RSU.
Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos son frecuentes en todos los hogares argentinos: lavarropas, heladeras, microondas, teléfonos, pequeños aparatos digitales, cafeteras, computadoras, impresoras, televisores, lámparas, pilas, baterías y muchos más. Todos ellos requieren un cuidado especial: durante su almacenamiento, recolección, transporte y tratamiento. Todas estas etapas de la gestión de estos aparatos deben hacerse en condiciones que garanticen su seguridad, sin mezclarse con otros flujos de residuos y evitar manipulaciones o roturas que puedan liberar las sustancias peligrosas al ambiente o a la salud de las personas. Es conveniente no desarmar los equipos y almacenarlos correctamente hasta su gestión. Nunca deben depositarse junto a los residuos sólidos urbanos, deben separarse en origen y gestionarse según las instrucciones de las autoridades municipales.
Las erres de los raee
Reducir el consumo innecesario de estos aparatos. En el 2020 se estimaban en 5.000 millones de usuarios únicos de telefonía móvil. En 2017 se vendieron 1.500 millones de teléfonos celulares en todo el mundo; aunque sin datos aún, la aparición de la pandemia por Covid provocó un incremento en la producción y consumo de dispositivos remotos para el trabajo y la educación.
Cada smartphone requiere para su fabricación más de 60 componentes, algunos como el aluminio, el oro, el cobre y el cobalto, son minerales que se extraen de la naturaleza. Si no se procura una correcta gestión, se pierde una gran cantidad de minerales y materiales preciosos.
Reutilizar RAEEs es una opción necesaria cuando tenés aparatos en desuso u obsoletos. Hay miles de ideas para darle una segunda vida a los RAEEs, también podés donarlos a estudiantes que no poseen uno para continuar sus estudios.
Reparar antes de comprar un aparato nuevo. Reparando tus raees, no solo obtenés un beneficio económico en relación a la compra de un aparato nuevo, sino que alargás la vida útil, generás menos residuos y evitás el impacto del uso de recursos naturales.
Separar para reciclar. No deposités tus residuos eléctricos o electrónicos junto con los residuos domiciliarios, no los abandones en el campo, en cauces o zanjones. Hay en nuestra provincia dos emprendimientos que se dedican al reciclaje de raee: Reciclarg y Fundación Coloba. Reciclarg es una empresa familiar que se dedica al desmontaje, refuncionalización, recuperación de materiales y exportación de las mismas. La Fundación Coloba, pertenece a la economía social, trabaja con jóvenes y recuperadores/as urbanos en la recuperación de materiales y el desmontaje de partes para su posterior venta. Ambas iniciativas aportar un valor agregado a la economía provincial al crear empleo genuino y contribuir a la recuperación de materiales que son puestos nuevamente en el mercado, transformando el paradigma lineal de explotación, producción, consumo y descarte en un paradigma circular de uso sostenible de recursos, producción, consumo responsable y reintroducción.
Como sociedad, tenemos la responsabilidad de promover hábitos hacia un ambiente sostenible. Seamos RAEEsponsables en la gestión de todos nuestros residuos.