Federici, nacida en Italia, ha trabajado en el desarrollo del concepto de "reproducción" como una clave para las relaciones de clase de explotación y dominación en contextos locales y globales, así como en el centro de las formas de autonomía y los comunes. Ha participado, también, en la fundación del Colectivo Feminista Internacional, organización que puso en marcha la campaña internacional Wages For Housework (WFH) a favor del salario por el trabajo doméstico.
Es autora del aclamado Calibán y la bruja: la mujer, el cuerpo y la acumulación originaria (Autonomedia, 2004) que ha sido traducido a numerosos idiomas. El libro detalla la relación entre los juicios de brujas europeas de los siglos XVI y XVII y el ascenso del capitalismo, destacando la relación continua entre la opresión y la acumulación en el desarrollo del capital.
Se busca postular a Silvia Federici como Dra. Honoris Causa de la UNCuyo. Para ello se ha organizado un junta de firmas online para presentar el pedido en el Consejo Superior para que sesione y dé el visto bueno a esta propuesta. En caso de ser posible esto, Federici se convertiría en una de las primeras feministas a acceder a esta mención.
Para participar de la campaña y firmar, hay que ingresar al siguiente link
El Calibán y la bruja (2004)
Publicado en 2004 Calibán y la bruja complejiza la teoría de la acumulación primitiva de Karl Marx. Para Marx la acumulación primitiva era precursora del capitalismo, para Federici la acumulación primitiva es una característica fundamental y básica del capitalismo ya que el capitalismo, con el fin de perpetuarse. Una constante expropiación del capital.
En el capitalismo, existe una división sexual del trabajo: los hombres (y ahora también algunas mujeres) desarrollan la producción de mercancías; las mujeres llevan a cabo la producción de la fuerza de trabajo para el mercado. La discriminación viene del hecho de que este trabajo es invisibilizado.
Federici destaca el hecho de que Marx en su teoría ha olvidado el trabajo reproductivo (la reproducción de seres humanos), que es fundamental para el desarrollo del capitalismo. Federici relaciona esta expropiación con el trabajo reproductivo y no remunerado que realizan las mujeres y con la reproducción, clave para el surgimiento de una economía capitalista basada en el trabajo asalariado.
La autora sitúa la institucionalización de la violación así como los procesos, torturas y quemas de las herejes y la caza de brujas, en el centro de una subyugación metódica de las mujeres y la apropiación de su fuerza de trabajo.
Esto está ligado a la expropiación colonial y proporciona un marco para la comprensión de la labor del Fondo Monetario Internacional el Banco Mundial y otras instituciones que promueven activamente y participación en un nuevo ciclo de acumulación primitiva. Por la cual todos los bienes comunes como el agua, las semillas, incluso nuestro código genético están siendo privatizados en lo que equivale a una nueva ronda de apropiación de bienes básicos relacionados con la supervivencia.
“El cuerpo de las mujeres es la última frontera del capitalismo” Silvia Federici, Calibán y la Bruja (2004)