Este reconocimiento fue posible gracias al trabajo que se realizó desde el Movimiento de Mujeres de la UNCuyo, a través del Instituto de Estudios de Género y Mujeres (IDEGEM) perteneciente a la Secretaría de Extensión y Vinculación, con el apoyo de Organizaciones Feministas Mendocinas. Entre otras acciones, se realizó una campaña de junta de firmas que permitió la postulación en el Consejo Superior de Silvia Federici, referente del movimiento feminista internacional, como Dra. Honoris Causa en la UNCuyo.
El movimiento feminista de la Provincia de Mendoza, docentes, trabajadoras de apoyo académico, estudiantes, artistas, militantes, intelectuales, mujeres independientes y disidencias, se organizaron para hacer llegar a la UNCuyo el deseo de reconocer a una de las mentes vivas más lúcidas del pensamiento crítico a nivel internacional y activista feminista con el título honorífico de Doctora Honoris Causa, grado más alto que otorga nuestra Universidad, teniendo presente que los conocimientos, distribución y circulación de saberes que nos aporta Federici son hoy, en los Colectivos de mujeres y disidencias, una expresión de nuestra lucha por la vida.
El lunes 29 de octubre a las 18hs en la Sala Chalo Tulián de la Nave Universitaria (Maza 223 de Ciudad Mendoza) se realizará la entrega de esta destacada mención que incluirá la Charla Magistral “Aportes del feminismo a las Ciencias Sociales y las perspectivas del cambio social” a cargo de Federici.
La entrada es libre y gratuita. Más información: idguncuyo@gmail.com - 4299792. Acompañarán artísticamente las integrantes de Mujertrova y la Murga La Dama Juana.
Federici, vida y obra feminista
Silvia Federici, nacida en Italia en 1942, es escritora, profesora y activista feminista. En los años setenta fue una de las impulsoras de las campañas que comenzaron a reivindicar un salario para el trabajo doméstico realizado por las mujeres sin ninguna retribución ni reconocimiento como demanda de la economía feminista.
En la década de 1980 trabajó durante varios años como profesora en Nigeria. Ambas trayectorias convergen en dos de sus obras más conocidas: Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria (2004) y Revolución en punto cero: trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas (2013). Federici se sitúa en el movimiento autónomo dentro de la tradición marxista, a la que critica desde el feminismo por considerar que Marx solamente valoró el trabajo asalariado y obvió el trabajo reproductivo de las mujeres. En la actualidad es profesora emérita de la Universidad Hofstra, en Nueva York.
Silvia Federici no sólo ha recibido recientemente (julio de 2018) un Doctorado Honoris Causa en la Leuphana Universitat en Lüneburg, Alemania, sino que su vasta obra constituye una referencia inexcusable en los debates feministas actuales, tanto en el espacio académico como en el de los movimientos sociales. Su característica principal es la de empatizar con las prácticas sociales directamente; y esto lo ha hecho alrededor del mundo. Silvia se mueve en los márgenes, recolectando experiencias que le permitan seguir reafirmando su teoría y generando nuevas estrategias de resistencia.
El “Calibán y la Bruja: la mujer, el cuerpo y la acumulación originaria”
Su obra fundamental es “Calibán y la Bruja: la mujer, el cuerpo y la acumulación originaria” que ha marcado una ruptura en los estudios feministas desde el punto de vista político y económico. En ella Federici traza una relación particular entre la caza de brujas que se produjo en Europa y América entre los siglos XVI y XVII y el ascenso del capitalismo.
En el capitalismo, existe una división sexual del trabajo: los hombres (y ahora también algunas mujeres) desarrollan la producción de mercancías; las mujeres llevan a cabo la producción de la fuerza de trabajo para el mercado. La discriminación viene del hecho de que este trabajo es invisibilizado.
La autora sitúa la institucionalización de la violación así como los procesos, torturas y quemas de las herejes y la caza de brujas, en el centro de una subyugación metódica de las mujeres y la apropiación de su fuerza de trabajo.
Esto está ligado a la expropiación colonial y proporciona un marco para la comprensión de la labor del Fondo Monetario Internacional el Banco Mundial y otras instituciones que promueven activamente y participación en un nuevo ciclo de acumulación primitiva. Por la cual todos los bienes comunes como el agua, las semillas, incluso nuestro código genético están siendo privatizados en lo que equivale a una nueva ronda de apropiación de bienes básicos relacionados con la supervivencia.