Son mujeres, son emprendedoras y participan en la Incubadora de Empresas de la UNCuyo, desde dónde trabajan para dar vida a su proyecto. De los 17 proyectos incubados, seis están integrados por mujeres y de éstos, cuatro lo conforman ellas en forma exclusiva.
La incubadora de empresas acompaña desde la concepción de la idea de negocios, a través de sus actividades de sensibilización, hasta la concreción de la misma y el lanzamiento de la empresa en el mercado. Trabaja en tres procesos centrales: admisión de postulaciones, pre incubación e incubación, a través de una metodología dinámica y co-creativa con el equipo emprendedor.
“La incubadora ha tenido un rol motivador fundamental por cuanto me reafirmó el creer en el proyecto y me enseñó a convertirlo en empresa. Me enseñaron a establecer un puente entre el mundo de la ciencia y técnica con el de los negocios y lograr esa transición. Gracias a la Incubadora he logrado armar un plan de negocios, plantear una estrategia de ventas y tantos otros conceptos que eran tan lejanos para mí”, destaca la Dra. María Cecilia Medaura, quién desarrolla una tecnología innovadora para la biorremediación de suelos contaminados con hidrocarburos, que permite restaurarlos y devolverles la fertilidad en un corto tiempo y a bajo costo.
En el camino de un emprendedor es muy importante el intercambio con su equipo de trabajo, y en el caso de las mujeres emprendedoras, muchas veces éste se comparte con los hombres. “En mi caso empecé a vivir el mundo de emprendedora con dos hombres y creo que está buenísimo no cerrarse a trabajar sólo con mujeres porque, si existe comunicación en el equipo, podemos aprender muchísimo de la manera de pensar de los hombres y viceversa”, afirma Francisca Gómez, integrante de Simpático Cuyo, un proyecto que trabaja en el en el diseño y producción de lentes de sol a partir de maderas recuperadas.
La interrelación con otros equipos emprendedores también es fundamental para dar vida al propio proyecto. “Un factor muy importante es la posibilidad de ponerse en contacto e interactuar con otros emprendedores. Se aprende mucho al salir del propio ámbito y visualizar todos los aspectos del negocio desde otros casos”, agrega Marina Pascual, integrante de MMPascual, tiene como propuesta de valor la creación de joyería contemporánea, donde se combinan piezas en metal con “aguayo”, un textil de enorme valor simbólico para nuestra cultura andina.
“Estamos viviendo una revolución en dónde la mujer se está dedicando profesionalmente a lo que verdaderamente se quiere dedicar, dejando de lado los mandatos sociales. No sólo se ha alejado de ellos, sino que ha logrado que estos mandatos cambien. (…)Somos mujeres a la que le gusta asumir riesgos y poder transformar nuestras ideas en proyectos y los proyectos en una realidad tangible. Somos apasionadas y queremos vivir de lo que más nos gusta hacer, por eso nos asumimos como parte de ésta revolución”. Esta es la motivación de las integrantes de Motia, un proyecto que busca fusionar el arte con la tecnología y utiliza la luz como materia prima para crear experiencias digitales inmersivas en el espectador. Gimena Federici, Julia Posada, Paula Daher integran esta propuesta.
Las mujeres tienen mucho potencial y capacidad creadora. “Debemos destacar la integridad de una mujer que frente a cambios constantes se adapta, es resiliente y sabe continuar conciliando un avance en favor de todos. El claro ejemplo de liderazgo que ocurre en nuestras familias bajo el cargo CEO, a quien llamamos mamá”, resaltó María Luisa Amoretti, integrante de Kelëvi, un emprendimiento que produce frescas y elegantes bebidas alcohólicas a partir de aromáticos néctares de flores, favoreciendo la sustentabilidad y el balance agroecológico regional, con agregado de valor en origen.
Las integrantes de Supervivencia Digital, compartieron un mensaje final para todas las mujeres que quieren emprender "no tengan miedo de empezar a potenciar sus ideas, y busquen guiarse por las experiencias y aprender un poco de quienes ya han llegado al éxito. No es un camino fácil, requiere de tiempo, de análisis concretos, de mucha búsqueda de información para hacer cada vez más pequeña la posibilidad de fracasar. Quizás al principio tengan que posponer algunas de sus actividades personales, pero justamente lo importante es perseverar y nunca bajar los brazos", afirmaron Julieta Manzano y Melisa Fanara.
Desde el equipo de tutores se acompaña en forma permanente a los emprendedores, generando lazos de confianza que permiten trabajar en la concreción de sus sueños, de sus ideas en proyectos exitosos, viables y sustentables. “Este trabajo de acompañamiento empieza en la etapa más temprana de un emprendimiento, en la planificación del mismo, donde se sientan las bases. Pero no se limita exclusivamente a darle forma al proyecto o guiarlos en la elaboración de un plan de negocios. Desde la Incubadora también acompañamos en las primeras ventas, la penetración en el mercado y el seguimiento de las acciones planificadas, aumentando la tasa de supervivencia de estos equipos. Se brindan capacitaciones, tutorías, acceso a red de mentores y a redes de vinculaciones y contactos”, comentaron los integrantes del equipo de tutores de la Incubadora de Empresas de la UNCuyo.
Este proceso se ve destacado en distintos certámenes como la participación de Ceclia Medaura en instancias finales en Wexchange. En este momento dos de estos proyectos, Motia y Supervivencia Digital, son finalistas en un concurso para mujeres emprendedoras, organizado en Mendoza.
Para más información sobre estos proyectos podés comunicarte con la Incubadora de Empresas al teléfono 4-256238 o al e-mail desarrolloemprendedor@uncu.edu.ar